El silencio
sepulcral se detiene. Miro el reloj, pero no escucho su tic-tac. Me asomo al exterior, pero no percibo la música del viento. Sólo tu voz... Una voz angelical que se
adentra en mis sueños y alcanza mi corazón. Y es cada noche cuando te resucito. ¿Quién quiere ser inmortal cuando las emociones se escapan de las manos? No tenerte, no encontrarte... Será la dulce crueldad del destino, quizá. Eso me contaba la luna cada noche. Me miraba y me decía que nadie podía vivir siempre en esa oscuridad absoluta.
Abraza tu vida, pues existe una ahora y otra después para compartirla y de eso se encargaba el sol de recordármelo cada mañana con su sonrisa y su fuego inmortal.
- D. Álvarez -
Abraza tu vida, pues existe una ahora y otra después para compartirla y de eso se encargaba el sol de recordármelo cada mañana con su sonrisa y su fuego inmortal.
- D. Álvarez -
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